Se acaba el 2018, dejamos atrás 12 meses de experiencias, de tristezas, de alegrías. Pero también de logros y aprendizajes;  momentos de incertidumbre, de decisiones.

El balance de este año está cargado de vida, de crecimiento, de oportunidades y esto se repite año tras año a veces sin que podamos verlo, sin que podamos hacerlo consciente.

Doce meses de evolución en todos los sentidos, que desperdiciamos muchas veces en la queja y el juicio, dejando de lado el disfrute y la alegría que implica estar vivos y saludables.

Es por esto, que este fin de año  me quiero enfocar en eso que es común en todos los años, meses, y días de nuestra vida, el crecimiento que viene de la experiencia de cada día, del contacto con nuestros seres queridos, de la oportunidad de realizar nuestros más profundos anhelos, de expresar nuestros talentos a través de nuestro trabajo.

Este año quiero desear compromiso, pero no con el otro, sino con nosotros mismos; porque con eso es suficiente para cumplir nuestros sueños y para estar satisfechos  con nuestros logros y hacernos conscientes de nuestras virtudes.

Es el compromiso lo que nos da la motivación para la acción, esa acción consciente que necesitamos para realizar nuestro propósito, ese propósito que solo depende de nosotros y que se genera de nuestra necesidad de ser mejores.

Por eso te deseo el mejor de los compromisos, el que tienes contigo de ser feliz y mejor cada día de cada año de todos los años.

Feliz Año Nuevo