Hay un aforismo que dice que la reflexión calmada y tranquila desenreda todos los nudos, y en efecto, la vida que llevamos y que, muchas veces “esta tan complicada” nos impide mirar detrás de lo “aparente”.
Mientras nos mantenemos en el enredo, con pensamientos encontrados y confusos, no podemos ver el verdadero regalo que se esconde en todas las situaciones que nos acontecen en el día a día.
Así, se nos pasa la vida trabajando, comiendo, durmiendo, planificando, todo sin disfrutar, sin vivir. Y es que de eso se trata precisamente, de vivir, y todo lo que hacemos, decimos, pensamos y sentimos forma parte de eso.
Cuando nos negamos la oportunidad de disfrutar de los momentos de trabajo como manifestación de nuestra creatividad; de comer disfrutando de los sabores y el placer de sentirnos saludables; de dormir para reponer energías y seguir en busca de nuestros objetivos; de planificar para disponer del tiempo libre que necesitamos para estar a solas con nosotros mismos y disfrutar para mantener el equilibrio entre nuestra mente, cuerpo y nuestro espíritu, estamos anudando nuestra vida.
La reflexión de este hecho, nos invita a estar presente en cada instante de nuestra vida, lo que trae como consecuencia precisamente participar activamente en los aprendizajes, llámense tristezas, alegrías, logros, frustraciones y ser capaces de influir en el impacto que tienen sobre nosotros y en los resultados que generan.
Tomarnos el tiempo para centrarnos en lo importante es esencial para generar el bienestar que necesitamos para avanzar hacia lo que queremos, y la decisión de elegir lo que queremos nos hace responsables de nuestra vida.
La consciencia que tengamos de las elecciones que hacemos a partir de cada una de nuestras experiencias es lo nos conduce al equilibrio y en el equilibrio se encuentran todas las respuestas.
Elegir el bienestar, es elegir el equilibrio entre lo que sentimos, pensamos y hacemos, lo que implica nuestra participación y compromiso. Reflexionar sobre nuestros pensamientos, sentimientos y acciones requiere de enfoque y es el camino que nos lleva a la influencia positiva.
Propiciar momentos de reflexión es abrir un canal hacia una vida saludable, crear hábitos que apoyen la acción consciente desencadena irremediablemente resultados positivos que desenredan los nudos y nos acompañan a pasar al siguiente nivel.