Es usual, que cuando hablamos de crisis hagamos referencia a lo terrible que ella nos trae y las penurias que hemos tenido que pasar por su causa.
El psiquiatra y pensador Jorge Carvajal nos dice que la crisis nos regala “una expansión interior, un encender del corazón para que la tierra sea hogar y hoguera”.
Pero pocas veces nos hemos detenido a pensar en los regalos que nos trae, sí, aunque no las veamos, son más las cosas buenas que nos regala una crisis que las fatales a la que estamos acostumbrados a poner toda nuestra energía, elevando a su vez las posibilidades de contraer, desde insignificantes resfriados hasta terribles enfermedades, que no son más que la manifestación física de nuestros pensamientos.
Desde esta reflexión, entiendo que la expansión no es más que la apertura hacia nuevas experiencias que nos permiten ser cada vez mejores, el hogar puede referirse al sitio donde se enciende el fuego en una vivienda, pero también se llama hogar al lugar donde se hace vida. Una hoguera se define como un fuego mantenido “voluntariamente” para calentarse o cocinar. Debo pensar entonces que lo que la reflexión nos dice es que somos nosotros quienes al final construimos el hogar. Y que depende de nosotros si ese es el lugar donde nos sentimos felices.
Esta reflexión me llevo precisamente a reconocer lo que la crisis me regalaba a mí en particular. Esta bendita crisis que en un principio me hizo mirar el patio del vecino y pensar que era mejor que el mío, a pensar que en ese patio habían mayores oportunidades, más calidad de vida, más seguridad, en fin, “más y mejor de todo”.
También me hizo entender que ese patio fue construido por «alguien», fue entonces que comprendí el regalo… el mejor lugar no está en otro lugar, está aquí, exactamente donde estamos hoy, porque lo construimos nosotros mismos. No tenemos que ir a ninguna parte a buscar “más” tenemos que ser mejores para construir lo bueno que queremos para nosotros y nuestros hijos.
Esta crisis nos ofrece la oportunidad de replantearnos la vida más allá del lugar donde vivamos, a saber que la voluntad de ser mejores no depende del gobierno ni de las circunstancias; en todos los países existen crisis y son superadas por las personas que lo conforman, nativos o extranjeros. Es indispensable que comencemos a trabajar desde adentro para poder ver los resultados afuera.
“Nunca confundas el conocimiento con la sabiduría. El conocimiento te ayudará a ganarte la vida; la sabiduría, a construirla”. Dr. Lair Ribeiro
Gracias, bendita crisis